Una cinta de Ridley Scott protagonizada por Harrison Ford, nos transporta a un mundo de ciencia ficción que aunque haya sido filmada en 1982 nos da la impresión de que estaba adelantada a su tiempo. Se puede pensar que el preludio de películas como Matrix.
Por una parte, el personaje que interpreta de manera maravillosa Ford, es tan antipático, oscuro y pesimista que es muy difícil poder involucrarse con él. Es un personaje difícil de digerir.
La película toca temas recurrentes como la vida, la libertad, el amor, la condición humana, etc.
Tiene en el trasfondo ideas muy similares a la novela de George Orwell titulada “1984” donde se toca el tema del control social. No es sólo una pélicula más de ficción, si no que nos quiere dar a entender una ideología controladora que ha existido en gobiernos como el nazi.
Todo esto se piensa cuando en la película los seres artificiales que están tan vivos como los humanos pero que no son humanos, se levantan contra el yugo de la esclavitud en la que se encontraban y son exterminados por los blade runners.
Si los “robots” eran tan capaces como los humanos y deciden levantarse es porque tenían cierto tipo de libertad de razonamiento, entonces, ¿está bien matar a un ser que razona? Claro que eran robots, pero hay que extra polar esta idea a los regimenes totalitarios que existieron y que solamente por querer tener el control social y político se cometieron genocidios injustificados,
Pasando a la parte técnica, el guión es extraordinario, y la escenografía nos transporta a un futuro oscuro y lúgubre, que se complementa con la banda sonora de Vangelis, que nos sumerge en cada escena haciendo que el espectador experimente los sentimientos y sensaciones proyectadas en imágenes.
Otro punto importante es la fotografía que está basada en la fotografía de Edwuard Hopper “Nighthawks” para crear el ambiente oscuro del fututo que observamos en la cinta.
Hace 1 año
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